jueves, 10 de marzo de 2011

Disco en solitario del sinpar Dedongo Bongo

Carátula de uno de los discos en solitario del percusionista afincado en New Orleans Dedongo Bongo.

No se sabe mucho sobre la vida de este particular individuo aunque muchos rumores apuntaban a su relación con el Vudú haitiano, la santería cubana, el Candomblé, la Umbanda y la Kimbanda brasileña, la adoración de peluches y todo tipo de ritos basados en la ingestión de cantidades ingentes de alucinógenos sin prospecto médico.

Musicalmente hablando, su gran experiencia con los  membranófonos de golpe directo (un bongo de toda la vida) hizo que pudiera ganarse la vida fácilmente tocando en locales adornados con palmeritas junto a grupos asociados a la música tropical. Su extensa relación con grupos afroargentinos y cubanos le proporcionó una considerable suma de dinero que lidapidaba sin compasión los fines de semana.



2 comentarios:

  1. La culpa fue de Absey y no de las drogas.
    A pesar de la inumerable variedad de sustancias sicodelicas y sicotropicas que Dedongo conocia. Sus ancestros aborigenes, le habian ayudado a usar ciertas sustancias alucinojenas de forma premonitoria y con afan sicoactivo, sobre todo en su faceta musical y en la percusion, conocido como instrumento madre en todas las civilizaciones prehistoricas conocidas pero no en la suya. Tras largos años buscando el ritmo perfecto Dedongo cayo en una profunda depresión. Sus ancestros lo repudiaron por haberse dedicado tanto tiempo a un instrumento tan mal visto en su cultura y por haber dejado abandonada a su madre y sus hermanos tras la muerte de su padre. Fue entonces cuando se encontraba en lo mas profundo de su agujero cuando conocio a Absey.

    ResponderEliminar
  2. Joselumon se equiboca rotundamente.
    Fue culpa de Dedongo, no de las drogas, al ingerirlas constantemente por su obsesión de querer hablar el idioma de los sapos. Unos dicen que consiguió por fin hablar con los sapos, pero otros dicen que esos sonidos extraños que emanaba fueron por atragantamiento por un trozo de queso de cabra no curado en mal estado.
    Aún así, todos coinciden de que llegó a conseguir hablar el idioma de las termitas de New Orleans, con las que tenia largas conversaciones las tardes de verano mientras tomaban un refresco.

    ResponderEliminar